Tras conocerse los resultados oficiales del Censo a principios de abril, inmediatamente observamos con preocupación los resultados que este instrumento estadístico arrojó para La Pintana. Los datos entregados configuraban un panorama comunal que contrasta en todo sentido con las variables a nuestra disposición e incluso proporcionadas por otros organismos gubernamentales como el propio Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Las inconsistencias detectadas nos condujeron a solicitar una reunión para el jueves 2 de mayo con el entonces Director del INE, Francisco Labbé, con la finalidad de manifestarle nuestras aprensiones respecto de las cifras comunales y solicitar formalmente una revisión de éstas, pero lamentablemente no pudo concretarse, porque esa misma semana Labbé renunció tras la publicación del reportaje periodístico de CIPER que denunciaba una eventual manipulación de los datos entregados por el Censo 2012.
Según los datos oficiales de este Censo, La Pintana tiene 182 mil 930 habitantes, es decir, 19 mil 216 menos que la población proyectada por el propio INE. Esta aparente disminución de población resulta totalmente contradictoria con otros datos concretos e incluso con cifras que el propio Censo entrega.
El primer factor se relaciona con el estudio de las cifras de natalidad y mortalidad que presenta la comuna de La Pintana en el período comprendido entre los años 2003 y 2010. Al revisar las cifras de personas nacidas y fallecidas, que entrega el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, se desprende que la tasa de crecimiento natural de la comuna es positiva y alcanza a un 12.3%, lo que corresponde a 22 mil 621 nuevos habitantes. Este dato, sumado a la cifra entregada por el propio Censo de que en el periodo intercensal 2002 -2012 la comuna recibió 18 mil 192 inmigrantes, indicaría que La Pintana habría experimentado un crecimiento de población positivo y que se elevaría a la suma de 40 mil 813 habitantes. Es tarea del propio INE explicar cómo es que este antecedente finalmente se traduce en 19 mil 216 habitantes menos.
Un segundo factor que profundiza nuestra duda respecto de las cifras del Censo se sustenta en que, según este último, de un total de 49.073 viviendas se encontrarían desocupadas nada menos que 2.498. Una situación que es imposible de visualizar en la comuna, porque el trabajo en terreno de nuestra institución y el recorrido permanente que efectúan los funcionarios municipales no detecta la supuesta existencia de viviendas desocupadas. Muy por el contrario, diariamente se constata que en un número importante de viviendas de nuestra comuna hay dos o más hogares conviviendo bajo un mismo techo.
Aún más, esta notoria cantidad de viviendas desocupadas tampoco ha sido detectada por los propios vecinos que en el caso de vivir cerca de una casa no habitada por un periodo prolongado, por lo general, acuden al municipio para presentar su inquietud por los eventuales riesgos de seguridad que la convivencia con una vivienda no habitada genera. El cuestionable número de casas desocupadas que arroja el Censo, se contrapone con la alta demanda por nuevas viviendas que presentan los allegados de La Pintana. Por último, sobre este mismo punto, es necesario incorporar el dato cierto que en nuestra comuna en el periodo comprendido entre los años 2002 y 2012 se construyeron cuatro mil 532 viviendas.
El Censo es un instrumento estadístico de primera magnitud que influye directamente en la elaboración y puesta en práctica de las políticas públicas, por eso es tan importante que se clarifiquen y corrijan los datos. A modo de ejemplo, los resultados censales necesariamente afectan el monto de los aportes que el Fondo Común Municipal otorga a La Pintana, que en nuestro caso representa el 85% del total del presupuesto municipal, puesto que en la fórmula con la cual se calculan estos aportes, está considerada la población comunal.
Tal es la relevancia del Censo que también incide en la postulación de los proyectos de inversión, porque precisamente en la metodología para su elaboración se utilizan datos de población para la formulación de diversos indicadores. También, de una u otra manera, puede afectar la inversión privada en un determinado territorio, porque la información censal es relevante para los estudios de mercado. El ámbito de influencia de los datos otorgados por un censo es muy amplio y representa un insumo determinante para el cálculo de diversas dotaciones de equipamiento, como centros de salud e incluso incide en la asignación de carabineros por comuna.
Las inconsistencias estadísticas precisadas anteriormente, nos conducen a tener una duda más que razonable respecto de los resultados del Censo y, por esta razón, solicitamos de manera muy categórica que se revisen exhaustivamente las cifras en nuestra y otras comunas que presentan falencias en las cifras oficiales e incluso, de ser necesario, repetirlo para contar con datos válidos y coherentes. Es más, como municipio estamos analizando la posibilidad de realizar un estudio que repita el Censo en una muestra de manzanas o distritos. Ello, para cotejar los resultados dados a conocer en el mes de abril.
Nuestra convicción y datos objetivos avalan los cuestionamientos que hacemos al último Censo. Su injerencia directa en las políticas públicas y, por lo tanto, en la administración de comunas vulnerables como la nuestra hacen imprescindible contar con cifras verdaderas. De lo contrario, los habitantes de La Pintana deberán sufrir las consecuencias si se insiste en considerar válidos datos estadísticos que resultan altamente cuestionables.
- El autor, Jaime Pavéz Moreno, es alcalde de La Pintana.
*Fuente: Ciper Chile
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